Para el fin de la reproducción debemos contar, como es obvio, con una pareja; pero no es tan fácil como parece, ya que sexar agapornis es prácticamente imposible hasta para aquellos más expertos: sólo se sabe que las hembras suelen ser más grandes y quizás mas agresivas que los machos, además ellas tienen la cavidad pélvica más grande y amplia que ellos para facilitar la puesta de huevos.
Si sabemos que tenemos la pareja con el tiempo pueden llegar a establecer
lazos afectuosos acicalándose mútuamente y dándose
comida con el pico... entonces si el tamaño de nuestra jaula nos
lo permite podemos instalar un nido horizontal (30x15x15) con un agujero
para que los pájaros puedan acceder a su interior; como no se trata
precisamente de pájaros nidificadores deberemos ayudarles colocando
alguna clase de viruta de madera en el interior de las cajas.
Si todo sale como esperamos que salga, pondrán de 2 a 6 huevos (dependiendo
de la edad de la hembra) que después de 23 - 26 días de fatigosa
incubación (pero sólo por parte de ella), nacerán
unos polluelos con plumones naranjas que serán alimentados por los
padres hasta que, al cumplir aproximadamente el mes y medio, ya son capaces
de valerse por si mismos, habiendo adquirido el plumaje adulto al mes.
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